Reseña: Robert Plant - «Shaken 'n' Stirred» (1985)
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Reseña: Robert Plant – «Shaken ‘n’ Stirred» (1985)



Shaken 'n' Stirred de 1985, el tercer álbum solista de Robert Plant, lo mete de lleno en los sonidos de la época. Las canciones escritas bajo el telón del new wave, pop rock y dance-rock, y con un mayor énfasis en el uso de los teclados y sintetizadores, lo alejó del rock y adult oriented rock que sus dos primeros discos nos había acostumbrado


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Actualizado el abril 11th, 2024 a las 04:03 pm

Robert Plant tomó la mejor decisión cuando se alejó del estilo de Led Zeppelin una vez que inició su carrera solista en 1982. Tanto en Pictures at Eleven de 1982 como en The Principle of Moments de 1983, el británico se lució con un rock y un adult oriented rock sofisticado, sensible y placentero, demostrándole al mundo que podía hacer algo más que blues rock y hard rock. Para 1984 le dio una pausa a su carrera y grabó un extended play con The Honeydrippers llamado The Honeydrippers: Volumen One, volviendo por un rato al rhythm and blues. Sin embargo, ningún artista se queda quieto cuando hay hiperactividad musical, así que en cuestión de semanas Plant retomó su carrera en 1985 con Shaken ‘n’ Stirred, un álbum bastante diferente, en serio, muy diferente.

La inicial «Hip to Hoo» es el contraste ideal de lo que era y lo que ahora es Plant y compañía en este disco, porque la guitarra de Robbie Blunt fue sustituida por los teclados y sintetizadores. Una canción vestida por el sonido de la época, porque tiene mucho de new wave, pop rock, incluso dance-rock. «Kallalou Kallalou» tiene una vibra entre lo caribeño y lo afroamericano, una mezcla que su compatriota Robert Palmer siempre solía incluir en sus álbumes, así que cuando la oí por primera vez pensé que era obra de Palmer, no de Plant. A partir de aquí, el álbum permanece activo por la combinación de estilos y la experimentación: «Too Loud», «Trouble Your Money» y «Pink and Black» tienen muchas mixturas y ritmos que se asemejan al worldbeat. Una de las cosas destacables de estas tres, bueno del álbum en general, es el groove del baterista Richie Hayward (uno de los fundadores de Little Feat), cuyo juego con el hi-hat le añade ciertos toques de funk en determinadas partes.

La canción con mayúscula del disco es «Little by Little», porque tiene un ritmo más centrado. Pero la presencia de una no es suficiente para darle apoyo a las otras ocho. Por ejemplo, «Doo Doo a Do Do» (su título parecer ser la respuesta de «De Do Do Do, De Da Da Da» de The Police) y «Easily Lead» son otros cortes que están situadas en el new wave y el dance-rock. El álbum termina con la sintetizada «Sixes and Sevens», un recuerdo a sus álbumes previos pero ambientada a 1985. Cabe destacar que tiene algo que me recordó a Charly García de la era de Parte de la religión de 1987, ¿«Adela en el carrousel» puede ser?

Shaken ‘n’ Stirred es un álbum diferente a lo que ofreció Robert Plant hasta el momento, puesto que posee un énfasis en los teclados y sintetizadores. Las canciones están escritas bajo el telón del new wave, pop rock y el dance-rock, estilos muy de la época y que contagió en los ochenta a varios artistas contemporáneos a Plant, como David Bowie o Peter Gabriel. Con la visión clara por experimentar con las texturas, sonidos y colores que le podía brindar los teclados, conscientemente le quitó el protagonismo a la guitarra eléctrica, situación que dependerá de cada uno para saber si fue para bien o para mal. Por mi parte, a Shaken ‘n’ Stirred lo consideró como el planteamiento personal de Plant ante estos estilos que remecieron los mercados anglosajones en la primera mitad de los ochenta. En ese sentido, es el primer tropiezo de la carrera en solitario del británico, pero esta dirección experimental, hasta cierto grado, hace que ese tropiezo no derive en una caída.

Colaborador de El Cuartel del Metal desde Chile. Responsable de reseñas de discos.

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