CD Review
Reseña: Steeler – "Steeler" (1983)
Steeler, el debut de la banda estadounidense del mismo nombre (no confundir con la alemana) es un álbum corriente y normal para los estándares de la época. Sin embargo, logró atención gracias al talento y el virtuosismo del joven Yngwie Malmsteen, así que es una para obligada si quieres oír sus inicios en las cuerdas.

La historia de la banda estadounidense Steeler es bastante corta. El cantante Ron Keel la fundó en 1981 y su primera aparición discográfica ocurrió en el primer capítulo de la serie de compilaciones llamada Metal Massacre de 1982; de hecho "Cold Day in Hell" fue la canción inicial del álbum. Tras ello, recibieron una oferta de Shrapnel Records, un sello independiente que en los ochenta ayudó a posicionar a varios artistas del metal estadounidense. Sin embargo, de la alineación que grabó "Cold Day in Hell" solo quedaba Keel. Así fue como se sumó el bajista Rik Fox (miembro fundador de W.A.S.P.), el baterista Mark Edwards y el joven guitarrista sueco Yngwie Malmsteen. Al principio, hubo tensión en Keel y Malmsteen por el sonido que debía tener el álbum debut, pero terminó prevaleciendo la visión de Keel: un metal más sencillo sin tanto virtuosismo. Pues bien, el único álbum de la banda salió a la venta en 1983 con el sencillo título de Steeler.
La canción de apertura, "Cold Day in Hell", posee un contagioso estribillo, pero su gran cualidad es el solo de guitarra. Acá se nota que Keel tuvo que ceder un poco, porque Malmsteen golpeó con firmeza. Podría decirse que el solo viene empaquetado en dos partes. La primera es descomunal, rápida y técnica, tan así que la sección rítmica que lo acompaña llega a ser torpe y sencillamente absurda. En cambio, la segunda es más simple, adecuado a la sección rítmica. Me detengo aquí para sugerir que la primera parte fue creada por Malmsteen y la segunda provenía de la composición original. Un detalle curioso. Después le sigue "Backseat Driver" con otro estribillo atrapante. Es un hard rock con el típico riff entrecortado, en donde destaca los agudos de Keel y su breve aceleración en la parte final; un tema que va de menos a más en cuanto a ritmo y melodía. "No Way Out" parte con una preciosa y corta introducción acústica neoclásica para luego seguirle un riff melódico. En general, se asimila mucho a las canciones de Don Dokken, incluso el estribillo con coros agudos sigue el estilo de composición del vocalista de Dokken. Malmsteen hace valer su contrato con un sólido y largo solo de guitarra introductorio en "Hot On Your Heels". Es cerca de tres minutos de paseos en las cuerdas con todas sus técnicas existentes, desde sonidos acústicos al estilo flamenco hasta distorsionados con tapping incluido. La canción prosigue en un heavy metal en donde el sueco, a pesar de la intervención de los demás músicos, sigue metiendo nota tras nota sin descanso.
"Abduction" es la pista instrumental presentadora de "On the Rox", otra pista metalera con buen estribillo. Comparada a las anteriores, las siguientes "Down to the Wire" y "Born to Rock", son discretas, planas y corrientes para los estándares de la época. Tras escuchar a "Hot On Your Heels" y "On the Rox", esperaba que siguieran esa senda, porque el álbum iba en ascenso, pero bueno. El disco termina con la power ballad "Serenade", que a ratos sentía como si fuese una visión propia e irregular de "Dreamer Deceiver" de Judas Priest, por el ambiente, el sonido de los versos y el falsete de Keel. Es esto último lo que no me logra convencer, porque lo siento forzado y fuera de lugar, tal vez faltó más trabajo vocal. No obstante, es la música que la hace una pista soportable.
Steeler es otro número más en la innumerable lista de lanzamientos de 1983. Aunque los instrumentos se oyen bien, se nota que hubo poca inversión de dinero para que la producción resalte, ya que no destaca, pero tampoco es mediocre. El gran valor del álbum y de la banda en general es Malmsteen, ya que se lleva todo el crédito del álbum. Bueno, considerando, desde la visión retrospectiva, no por nada él fue el único de la formación que trascendió en la posterior escena musical, a pesar de que los otros siguieron en la industria con proyectos diferentes. Por eso, en términos concretos, diría que Steeler fue una ventana para el guitarrista y lamentablemente su talento y virtuosismo opacó al resto de los músicos, tanto así que terminó siendo una banda de acompañamiento. Dejando de lado los solos de guitarras, Steeler es un debut y despedida por encima del promedio, pero corriente y normal. Aunque si quieres oír los inicios de Malmsteen, es una parada obligada.

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