CD Review
Reseña: Robert Plant – "Pictures at Eleven" (1982)
Luego del final de Led Zeppelin en 1980, Robert Plant inició una exitosa carrera solista. Su álbum debut, "Pictures at Eleven" (1982), muestra una evolución hacia un rock más íntimo, con destacadas canciones como "Burning Down One Side" y "Slow Dancer". Plant demuestra su calidad vocal y la habilidad de su banda, especialmente Robbie Blunt. Aunque no es perfecto, es un imprescindible para explorar su carrera en solitario.
Actualizado el noviembre 22nd, 2023 a las 07:30 pm
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Luego del trágico finiquito de Led Zeppelin en 1980, los tres músicos supervivientes tomaron caminos separados. Robert Plant optó por retomar su gusto por el blues rock con The Honeydrippers en 1981, pero es al año siguiente que da un paso más allá y decidió incursionar en una carrera solista. Son pocos los vocalistas que, al margen de sus agrupaciones por las que se hicieron conocidos, logran tener una exitosa carrera individual. A diferencia de otras incursiones propias como la de Bruce Dickinson o Rob Halford, la de Plant logró replicar en parte el éxito comercial y también de la crítica de su exbanda y lo posicionó en un selecto grupo de vocalistas que se pueden mofar de ello. Para revisar la carrera de Plant es un deber reseñar su álbum debut, Pictures at Eleven de 1982.
El álbum parte con una pista muy de la onda de Zeppelin, pero aún así "Burning Down One Side" se siente contemporánea; su tono adult-oriented rock y su groove un tanto danzarín son destacables. Este recuerdo también se capitaliza en la preciosa balada "Moonlight in Samosa". Calmada y firme, el solo de guitarra acústica interpretado por Robbie Blunt y la característica vocalización de Plant le dan una sutileza necesaria. Tal vez sean estas las dos canciones más fuertes del álbum. "Pledge Pin" es un tempo medio más enérgico, al borde de un new wave. El solo de saxofón, obra de Raphael Ravenscroft -el mismo intérprete del de "Baker Street" de Gerry Rafferty-, es precioso, porque le da un toque más sentimentalista. Mi canción favorita del álbum y una de las mejores de Plant como solista es "Slow Dancer", por Dios que es buenísima la interpretación de Cozy Powell en la batería, es sencilla pero intensamente efectiva. De hecho, acá queda en evidencia la diferente manera de tocar de Powell, en contraste con Phil Collins, quien es el baterista de las otra seis canciones. Siempre he considerado a "Slow Dancer" como la "Kashmir" de Plant, será por su aura oriental, los cortes o los parajes en la estructura de la canción, no sé, pero hay algo ahí que recuerda a esa icónica pista. Inclusive, me atrevo a decir que si Led Zeppelin hubiera continuado en la década de los ochenta, este hubiese sido su sonido.
"Worse Than Detroit" y "Fat Flip" se van por la corriente del blues, pero indirectamente. En ambas, la lectura de la guitarra por parte de Blunt es ceñida. "Like I’ve Never Been Gone" son de esas canciones que se deben oír a media luz y acompañado de una copa de vino, como un sugar daddy. La perspicacia relajada de los instrumentos es exquisita. Si bien hay algo de estadounidense en el sonido, "Mystery Title" es a mi gusto la canción más débil. Una elección cuestionada para terminar el álbum, pero bueno. En la remasterización de 2006 se sumó a "Far Post", otra pista adult-oriented rock, que de hecho coincidía mejor con el lineamiento sonoro del disco, mucho más que "Mystery Title". La otra es una muy buena versión en vivo de "Like I’ve Never Been Gone", porque nunca está demás deleitarse con la interpretación de Plant en directo.
El atractivo de Pictures at Eleven es que Plant y compañía toman la sensibilidad zeppeliana y la llevan hacia una dirección diferente, porque no es un álbum que pretende recrear el sonido de Led Zeppelin, que tal vez hubiera sido lo más lógico. Las canciones son más íntimas en cuanto a los tiempos y a los ritmos, dejando de lado el potente hard rock de su exagrupación, a excepción de "Slow Dancer". En ese sentido, hay un énfasis por un rock más calmo y moderado, más del estilo del adult-oriented rock pero sin serlo en su totalidad. Gracias a que los músicos tenían una trayectoria previa, el debut no parece tal, porque no se nota la inexperiencia ni la timidez que a veces transmite un álbum iniciatorio de una carrera. La clásica postura vocal de Plant y la notable interpretación de Robbie Blunt son dos puntos que le otorgan a la producción un estatus de calidad superior. Si bien Pictures at Eleven no es perfecto, sí es fantástico y es una parada obligada si quieres meterte a revisar la carrera solista de Plant.
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