Reseña: La Ley - "La Ley" (1993)
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Reseña: La Ley – "La Ley" (1993)



"La Ley", la continuación de "Doble Opuesto" de 1991, resultó ser un generador de opiniones mixtas para los seguidores de la banda chilena. El último disco con su fundador, Andrés Bobe, demuestra más atrevimiento.


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La popularidad de La Ley estaba en auge en Chile para 1992, tras el éxito de Doble Opuesto del año anterior. La constante promoción de sus canciones en las radios y algunas apariciones en los canales de televisión llamó la atención de la industria musical internacional, así que la entrada a la popularidad continental estaba ad portas. Sin embargo, como siempre lo impone la industria: ¡si quieres llegar lejos, dame otro material ahora! Así fue como en 1992 comenzaron a trabajar en un nuevo disco, el que lamentablemente sería el último con su fundador Andrés Bobe. El último tramo del verano chileno de 1993 contó con una banda sonora llamada La Ley.

El álbum parte con el gran éxito "Tejedores de ilusión", un pop rock con un mensaje serio detrás, pues es una observación curiosa, o si quieres, crítica del fanatismo religioso. "Auto ruta", también conocida como "Auto ruta (Feel the skin)", demuestra la búsqueda de la banda de internacionalizar su carrera con la adición del idioma inglés. Musicalmente es un synth pop en cuya introducción asemeja a Pet Shop Boys, pero avanza tibiamente y no alcanza ninguna cúspide como para romper la monotonía (tal vez la guitarra, pero no). En cambio, las dos siguientes canciones muestran el lado relajado de la banda. Primero, "Si tú no estás aquí", es una balada tipo bolero con aires caribeños (muy veraniega por así decirlo), mientras que "Decadencia" está entre un soft rock y una balada alternativa. El recuerdo a Doble Opuesto llega con "Por un binocular", con esos sonidos sutiles de los teclados, la excelente línea de bajo y los arreglos de la guitarra de Bobe.

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"Roces" mantiene el ambiente de la anterior, aunque es un tanto plana en comparación. Destaco nuevamente el bajo de Luciano Rojas, además de las curiosas frases en la introducción (¿es francés?). "I.L.U." es un synth pop monótono cantado enteramente en inglés. Es llamativo que el estribillo suena muy parecido a los versos de "Blue Monday" de New Order. "Bon Voyage" es definitivamente un pop; lo siento, pero paso, no me convenció. Por su parte, "Plegarias" es otro recuerdo al disco anterior, por esa dosis de dark wave con rock gótico; otra vez, un diez para la línea de bajo. Personalmente, encuentro que esta es la mejor canción del álbum después de "Tejedores de ilusión". El disco cierra adecuadamente con "Proyecto ser", otra "relajación" de la producción: a ratos una canción de cuna, sicodélica y en otros roquera.

La Ley no continúa la ruta paso a paso de Doble Opuesto, porque acá hay más experimentación, lo que significó que el disco fuese más atrevido. Es llamativo que la banda haya presentado un trabajo poco comercial sabiendo que la internacionalización de la carrera de un artista depende, en su gran mayoría, de ese factor. Lo que hizo la banda con La Ley es demostrar que no eran parte de una corriente de pop rock al cien por ciento, sino que podían hacer algo más. Sin embargo, ese "algo más" no resulta ser exitoso en comparación con su anterior trabajo si quieres llegar a un público masivo. En concreto, La Ley es un disco que, hasta el día de hoy, sigue generando opiniones mixtas entre sus fanes, y me incluyo.

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Colaborador de El Cuartel del Metal desde Chile. Responsable de reseñas de discos.

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