Crónicas
Masivo, mátematico e hipnótico el regreso de Tool a Ciudad de México
Después de 12 años de ausencia, Tool finalmente se presentó ante un foro masivo en México, contrastando con sus shows pasados en el Palacio de los Deportes y Cumbre Tajín

Con solo cinco álbumes en más de 30 años de carrera, Tool se ha consolidado como una de las bandas de culto más influyentes del rock progresivo y post-metal. Su base de seguidores es profundamente devota, y su mística enigmática los ha convertido en una banda legendaria. El pasado 15 de marzo, Tool regresó a la Ciudad de México, congregando a 40 mil fanáticos en la Explanada del Estadio Azteca para una experiencia sensorial sin igual.
Un Show Inusual y Envolvente
Fieles a su estilo, Tool evitó las convenciones típicas de un concierto de rock. En un acto desafiante, la banda omitió algunos de sus sencillos más icónicos, como "Sober" y "Stinkfist". Además, el vocalista Maynard James Keenan mantuvo su habitual distancia escénica, cantando desde dos plataformas elevadas en la parte trasera del escenario, sin luces directas sobre él y sin pisar el escenario principal. Su atuendo también reflejó un cambio: en lugar de los extravagantes disfraces de antaño, optó por una chamarra de piel roja y negra, junto a su característico peinado mohicano.
Experiencia Visual y Sonora Inmersiva
Tool cedió el protagonismo a un impresionante despliegue audiovisual. Una pantalla gigante proyectó imágenes psicodélicas y grotescas, mientras Danny Carey demostró su maestría en la batería, consolidándose como el verdadero motor de la banda. Su desempeño lo posiciona como un digno sucesor de Neil Peart en caso de una hipotética reunión de Rush.
Desde el inicio, Keenan estableció un estricto control sobre la experiencia en vivo: prohibió la toma de fotografías y videos, instando al público a "permanecer presentes". La mayoría acató la regla, sumergiéndose en un espectáculo hipnótico donde canciones como "Jambi" y "The Pot" se fusionaron con visuales caleidoscópicos. "Pneuma", con más de 10 minutos de duración, llevó a la audiencia a un viaje introspectivo a través de ritmos tribales y armonías complejas.
Setlist, Producción y Experiencia del Público
El setlist incluyó joyas como "Ænema" y "Rosetta Stoned", esta última con una duración exacta de 11 minutos y 11 segundos, un guiño a la obsesiva simbología numérica de Tool. La producción, aunque sencilla en comparación con otros shows internacionales de la banda, cobró vida al iniciar el concierto, fusionando visuales y sonido en una experiencia audiovisual impecable.
A pesar de la calidad del espectáculo, la logística del evento presentó fallas. Largas filas y desorganización en los accesos generaron molestias entre los asistentes. La falta de control en la entrada y la poca familiaridad de algunos con la sede complicaron el ingreso, convirtiéndolo en una prueba de paciencia.
Actos Invitados: De la Conexión al Desencanto
Seven Hours After Violet, la banda de Shavo Odadjian (bajista de System of a Down), logró una conexión inmediata con el público. Sin embargo, The Cult, en su regreso a la Ciudad de México tras nueve años, no logró generar la emoción esperada. Su presentación, aunque sólida en ejecución, pareció no impactar como se proyectaba.
El Futuro de Tool en México
Después de 12 años de ausencia, Tool finalmente se presentó ante un foro masivo en México, contrastando con sus shows pasados en el Palacio de los Deportes y Cumbre Tajín, donde la asistencia fue menor. Esta vez, la conexión con el público fue evidente, y Keenan, más agradecido que nunca, insinuó un posible regreso. ¿Podría ser que Tool traiga su "Tool in The Sand" a una playa mexicana en el futuro? Solo el tiempo lo dirá.
Para quienes aún quieran vivir esta experiencia, Tool cerrará su paso por México el 18 de marzo en Calle 2, Guadalajara. Aún quedan boletos disponibles en Funticket.mx.

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