CD Review
Reseña: Kingdom Come – "Hands of Time" (1991)
Luego de la separación de Kingdom Come luego de la gira de "In Your Face" (1990), el vocalista Lenny Wolf asumió casi todas las labores del grupo y en 1991 sacó al mercado el tercer disco: "Hands of Time".
El disco In Your Face de 1989 supuso el fin de la principal alineación de Kingdom Come, pues después de la gira promocional la banda se separó. El vocalista Lenny Wolf mantuvo el nombre del grupo y, por sí solo, continuó el trabajo de Kingdom Come. Para ello, asumió el control de todo: las voces, el bajo, la guitarra, la composición, la producción y mezcla, incluso, tocó los solos de guitarra en dos canciones. Para el resto de las labores, contó con varios músicos de sesión. De esta manera se concretó el tercer disco de Kingdom Come: Hands of Time, de 1991.
El álbum comienza con la melancólica "I’ve Been Trying", una canción de hard rock que tiene aspectos progresivos y folks. Con cierto aire a Led Zeppelin (para variar), "Should I" es la gran canción del álbum por su estilo del hard rock de los setenta, la progresión de notas, el sonido relajante de los teclados y el groove de la batería. Con una introducción que me recuerda a Simple Minds y los versos a The Beatles, "You’ll Ever Know" es una power ballad que va creciendo, desde una parte acústica a una semi-acústica. En cambio, "Both of Us", "Stay" y "Blood On the Land" son dos pistas en donde, por enésima vez, Wolf emula el estilo de Led Zeppelin, ya sea musical o vocalmente hablando.
"Shot Down" mantiene en cierta manera la composición de "Should I". La sección entre el minuto 2:05 y 2:40 es para dejarse llevar por el toque progresivo de los teclados. Después, de la interesante balada semi-acústica "You’re Not the Only… I Know", el toque zeppeliano vuelve de la mano de "Do I Belong". "Can’t Deny", por su parte, pareciera ser un hard rock extraído de la segunda mitad de los ochenta, con mucha melodía de por medio. La pista final es "Hands of Time", un rock acústico-eléctrico que podría provenir fácilmente de Led Zeppelin IV.
Kingdom Come, bueno, más bien Lenny Wolf, presenta un álbum que sigue la tendencia de sus predecesores, con mucha influencia de Led Zeppelin, el gran puñal de la banda desde sus inicios. Hay melodías interesantes y la producción suena bastante bien, pero es un álbum plano, incluso dentro de la propia discografía de la banda. Lo más agradable es la portada tipo neoprogesiva, pero la palabra correcta para definir la música que nos muestra aquí Wolf es obviedad.
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