Crónicas
Soda Stereo Sinfónico: Un té para muchos más que tres

Soda Stereo acá en Chile es transversal. Posiblemente el 90% de la población conoce al menos ‘De Música Ligera’ y eso es algo que solo pasa con el ‘Congelao’ de Cachureos o ‘Sopa de Caracol’. Por eso, siempre hay personas interesadas en revivir el legado de la banda y del tremendo Gustavo Cerati y qué mejor, acompañados de una orquesta sinfónica en el Teatro Coliseo. Una experiencia de la que debíamos ser testigos y aquí les contamos cómo estuvo.
Pasaditas las 19 horas, el Maestro José Aranda dio la partida a una velada muy emocionante con cortes de toda la discografía de Soda. Estoy seguro, que al menos en mi caso, si me sacaba los lentes, veía a la banda original, un poco borrosa, pero eran ellos. Felipe Reyes, durante más de 10 años, ha alcanzado un nivel donde cuesta separar al músico de las obras de una de las agrupaciones más emblemáticas de Latinoamérica. Y de verdad, el setlist es para solo cerrar los ojos y ser un ‘Hombre al Agua’ frente a las luces de la Ciudad de la Furia.
Más de 40 músicos sobre el escenario del Coliseo hacen justicia a un espectáculo que vale totalmente la pena. Mil personas fueron testigos en primera persona de como ‘Zoom’, ‘Té para Tres’, ‘Juegos de Seducción’ y hasta la misma ‘Prófugos’ son parte de un ritual pocas veces visto para estos lados; el rock junto a la música clásica.
Que ‘El Rito’ no iba a estar completo sin música solista de Cerati, era obvio. ‘Puente’ nos da las gracias por venir mientras que ‘Crimen’ nos sigue dando lecciones de vida. Es emocionante, hasta a veces triste el mensaje de las líricas de una banda y músicos eternos que siguen haciendo tanto ruido desde hace 4 décadas. ¿Por qué? Porque Soda es un fenómeno digno de analizar, y Cerati fue un poeta renacentista en la época correcta para tener un éxito descomunal en la comunidad hispanohablante.
‘Un Millón de Años Luz’ y el clasicazo ‘De Música Ligera’ cierran un evento que será recordado por todos los asistentes como uno casi sin precedentes. Pocas bandas podrían sonar tan bien junto a una orquesta como Soda Stereo puede hacerlo, incluso con un tributo. Y eso es lo que pasa con Prófugos; le rinden honores de una manera tan sensible y respetuosa al legado Soda que no dan ganas de perdérselos ni hoy en el día que la luna se ponga roja. Aquí somos todos cómplices de mirar a través de una persiana americana, donde la música no suele dejarnos solos a pesar de llegar a la Primavera Cero.
Samuel Víctor Acevedo
Fotos por Sebastián Pérez

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