Crónicas
Metallica conquista Ciudad de México nuevamente, a 31 años de su primera visita
Metallica llevó su explosiva gira M72 World Tour al Estadio GNP, antes Foro Sol, de la Ciudad de México, el viernes por la noche, en la primera de cuatro presentaciones como parte de su "No Repeat Weekend", un fin de semana sin repeticiones que promete dos repertorios completamente distintos y dos alineaciones de soporte diferentes en cada show.
Metallica, formada por Rob Trujillo (bajista), James Hetfield (vocalista y guitarrista), Lars Ulrich (baterista) y Kirk Hammett (guitarrista principal), se apoderó del escenario mexicano, con la energía de conquistadores victoriosos, como si volvieran de una exitosa campaña bélica, listos para compartir el botín. El grupo ofreció un setlist de 15 canciones durante dos horas, cargado de adrenalina desde el principio hasta el final. Con una asistencia estimada de 70,000 fanáticos, el concierto fue una descarga pura de heavy metal, con el público levantando los puños y sacudiendo la cabeza al ritmo de cada riff.
El escenario, rodeado de ocho torres con pantallas LED que se elevaban hacia el cielo, estaba preparado para una experiencia inmersiva. En el centro se encontraba el "snake pit", donde los fanáticos más afortunados presenciaron el espectáculo desde una posición privilegiada, y aunque hay notas amarillistas de ciertos medios de comunicación y personajes que se encuentran a 8.205 kilometros de distancia, opinando de un tema que desconocen, por una supuesta sobreventa de este espacio, no hay pruebas contundentes o quejas masivas en internet, solo una y en veremos. La atmósfera recordaba a una pintura de Hieronymus Bosch, con la intensidad propia de un concierto de Metallica, por primera vez, el Estadio GNP, se convirtió en un estadio redondo, ya que montaron una sección de gradas, donde suelen poner el escenario para la mayoría de los recitales y al tener el escenario en el centro, los espectadores, tuvieron la oportunidad de ver más cerca a los angelinos que en sus visitas anteriores en ese espacio, 1999, 2009 y 2017.
Metallica no dio tregua a los corazones débiles con su implacable thrash metal. James Hetfield desató sus vocales feroces, mientras intercambiaba solos de guitarra a toda velocidad con Kirk Hammett y el bajista Rob Trujillo, quienes junto a los potentes ritmos de Lars Ulrich, crearon una sinergia demoledora. Ulrich, con una gorra negra hacia atrás, ya estaba empapado en sudor desde el primer tema.
El grupo arrancó la noche con tres clásicos del thrash metal: "Creeping Death" de Ride the Lightning (1984), "Harvester of Sorrow" de …And Justice for All (1988) y "Leper Messiah" de Master of Puppets (1986). La multitud coreó "Die! Die! Die!" al ritmo de Hetfield, mientras Ulrich descargaba su furia sobre los tambores y claro un momento que posiblemente fue incomodo para algunos, fue el momento gracioso en el que interpretaron "Chona", tema de los Tucanes de Tijuana, pero parece que no tienen el derecho de tomarse un poco de humor y conectar con la audiencia mexicana, hasta parece un sacrilegio lo que hicieron.
El público apenas tuvo tiempo de respirar entre la intensidad de cada canción. La banda se movió por todo el escenario, asegurándose de que cada rincón del estadio disfrutara de un momento cercano con ellos, con micrófonos distribuidos estratégicamente y cuatro plataformas de batería que emergían del suelo.
Hetfield, de 61 años recién cumplidos, agradeció a los presentes por estar en Ciudad de México, y comentó lo feliz que estaban de tocar allí. Durante el show, interpretaron nuevas canciones de su último álbum 72 Seasons, como "If Darkness Had a Son" y "Shadows Follow", aunque la respuesta del público fue tibia en comparación con sus clásicos.
El punto culminante de la noche llegó con "Fuel", un tema que literalmente incendió el escenario, gracias a las potentes pirotecnias. El clásico thrash de "Seek & Destroy" transformó el estadio en una fiesta de inflables y bolas gigantes que rebotaban sobre la multitud. Metallica cerró la noche con "Master of Puppets", demostrando que siguen siendo los reyes indiscutibles del metal. Con un Hetfield ordenando "¡Obedece a tu maestro!" y la multitud respondiendo con puños en alto, el concierto fue un triunfo absoluto.La banda agradeció a sus seguidores, repartiendo púas y baquetas como recuerdos. Ulrich recordó sus primeras presentaciones en CDMX hace más de 30 años, cuando, hicieron esos explosivos conciertos en 1993 en el Palacio de Los Deportes, justamente frente al Estadio GNP.
Fotografías Liliana Estrada.
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