Crónicas
Tesseract en Chile; una oda al Metal moderno
La noche del 10 de septiembre, la banda británica de metal progresivo Tesseract se tomó por completo el Teatro Coliseo, en un show digno de recordar. La gracia aquí, fue la puntualidad, buen sonido y el ambiente casi llevado a una misa. Pero comencemos por el inicio de la jornada, que estuvo linda de principio a fin.
La banda nacional Crisálida fueron los encargados de abrir los fuegos anoche a las 20:00 horas en punto. Con un show de 30 minutos, fue perfecto para comenzar a encender al publico. Con un setlist de 5 canciones, donde dos de ellas eran de su disco “Terra Ancestral” y las tres restantes de su próximo trabajo que se encuentra ad portas de salir a la luz. Cinthia es una diva del Metal, pudiendo manejar a las masas como cualquier artista internacional sin nada que envidiar. Casi media horita súper bien recibida por el público con una música que funciona aquí, en Cabo de Hornos y en todo el mundo.
Ya siendo las 21:00 se apagaron las luces, y se da inicio al plato fuerte de la velada. Tesseract pisa nuevamente territorio chileno con su gira “War Of Being”, después de dos shows exitosos el pasado año 2023 en el Club chocolate y Teatro Caupolicán bajo el marco del festival Cl Prog.
La combinación de su música compleja y técnica, con un impresionante show de luces creó una experiencia inolvidable. tomando el escenario y transportando a la audiencia hacia un paisaje sonoro único que solo ellos son capaces de generar. A pesar de las limitaciones acústicas que posee el Teatro Coliseo, la banda logró superarlas y entregar un show de 1 hora y 30 minutos aproximadamente, en donde se repasó lo más icónico de su discografía.
Desde los discos más antiguos hasta los más recientes, quedó más que demostrado el porqué Tesseract es considerada una de las bandas más influyentes del género. La conexión que se genero entre la banda y los espectadores fue perfecta, quienes respondieron con total entusiasmo a cada canción y acción del frontman de la banda, Daniel Tompkins.
Nada que decir del resto de la banda, que junto al marco de público, se hizo una comunión pocas veces vista en el Metal moderno. ¿Saben por qué? Porque apenas se vieron celulares levantados durante todo el show. Porque se privilegió el disfrutar incluso con moshpits (!!!!!!!!) en un concierto de este estilo. Raro, pero entendible debido al fervor de los casi mil asistentes al recinto de Nataniel Cox.
Sin duda, los volveremos a ver por estas tierras mas pronto que tarde, ya que se nota lo mucho que estiman al público chileno las bandas de este calibre. Además, da gusto ver un show así de bien armado, con puesta en escena simple pero más que efectiva y una comunión que ya no se ve tanto, debido al exceso de teléfonos en el aire. En esta ocasión, reinó el disfrute por sobre el contarle a los amigos, con videos y fotos desenfocadas, que estuvieron presentes.
Matías Salas Lizama
Fotos por Francisco Aguilar
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