Crónicas
Gojira y Mastodon en Chile: su tiempo es ahora
Gojira y Mastodon, gigantes del metal, ofrecieron un show memorable en Chile tras larga espera. Mawiza, con su “Mapuche Ül Metal”, impresionó al público. La noche estuvo llena de energía, con actuaciones que conectaron con las raíces culturales y emocionaron a los fans.
Actualizado el noviembre 22nd, 2023 a las 04:21 am
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Había pasado poco más de un año desde la última visita de Gojira en aquel sold-out en el Teatro Caupolicán, recordar que una cantidad considerable de fans no pudo acceder, demandando evidentemente una próxima fecha y bueno, los que corrieron mejor suerte aún tenían fresco el recuerdo de tan brutal show. En tanto con Mastodon la situación era mucho más dispar, fueron 8 largos años tras ese show en solitario en el marco de Santiago Gets Louder en el Teatro la Cúpula, aquella también fue una especie de revancha tras ese fallido show junto a Slayer el 2012, es decir, se palpitaba que lo del Domingo no era un show cualquiera, menos si pensamos en el nombre de la gira, 2 gigantes del Metal se verían las caras y la locación tenía que ser acertada. Tal como se hacía en la Saga de los Saiyajin, cuando 2 bestias colisionan se traslada la acción a un lugar solitario, desierto y alejado de la civilización, que mejor que la Ciudad Empresarial un día Domingo, jugó a favor totalmente la vista desde el Parque hacia el valle y los cerros de la región Metropolitana en todo su esplendor. Fue uno de los tantos ingredientes que le dieron magia a la jornada.
MAWIZA, dejando bien al Metal Nacional
18:50 y el poder del “Mapuche Ül Metal” a cargo de los hombres de la casa Mawiza se tomaría el escenario, la respuesta fué inmediata para “Ancestral” sonando a otro nivel, generando aplausos entre ambas localidades que poco a poco se comenzaban a llenar. Continuaron con “Kütxal” un track aplastante en que el breakdown final es a baquetazo limpio al bajo, un recurso ya conocido del bajista que le da una inyección de energía al ritual que continuaría con “Kumbagüe”, no sin antes expresarse en Mapudungun, alentando a los asistentes a realizar un “Afafan” (grito mapuche) escuchado al unísono de forma espontánea en varias momentos del show. La inmersión en la niebla de la araucanía seguiría junto a la joven rapera mapuche MC Millaray, invitada para estrenar en vivo su nuevo track “Txükür”, sin duda de las fusiones entre 2 géneros más interesantes que se han hecho en Chile. El cierre lo darían con “Mawiza Ñi Piwke” de la mano de un potente discurso y la aprobación de quienes aguantaron los 29° de calor. Mawiza reafirmó con creces el pulgar arriba de Gojira estando a la altura por segunda vez, un show demoledor y muy enérgico que conectó con nuestras raíces, con sorpresa incluida y por supuesto lo mejor de su alabado álbum “Kollong”.
MASTODON
Un par de minutos más tarde de lo establecido subiría al escenario Mastodon, el cuarteto pondría fin a una larga espera desplegando parte del material nuevo, iniciando con “Globbers of Dregs” track de su más reciente lanzamiento con un sonido bestial, pero no fue hasta “Crystal Skull” que el público verdaderamente enloqueció, más aún con la tremenda performance en “Megalodon”, punto aparte el acompañamiento visual psicodélico que se extendía detrás de la banda, animaciones muy en sintonía con lo que oíamos, demasiados colores e historias que se contaron en la pantalla, haciendo la experiencia Mastodon un viaje. Luego de un pequeño respiro y un caluroso “Mastodon! Mastodon!” de parte del público empezó “Divinations” euforia total para el track símbolo del “Crack The Sky” el calor de esas llamaradas aún se pueden sentir. “Bienvenidos al Mega-Monster Tour, gracias por venir” fueron las palabras de Bill Kelliher antes de entrar de lleno con “Sultan’s Cure” coreado incansablemente, luego arremetieron con la distorsión caótica de “Bladecatcher” desatando nuevamente la locura incluyendo moshpits. Lo emotivo vino apenas sonó “Black Tongue” transportandonos a aquel show en Maquinaria 2012 cuando abrieron con ese temazo, además las luces en el aire extendidas por todo el parque eran iniciadas por el baterista Brann Dailor preparando el terreno a la extensa “The Czar”, valió totalmente la pena incluirla en el set, pese a que los tiempos de shows festivaleros o bandas soporte no suelen apremiar canciones de tanta duración, además la historia contada en la pantalla era realmente atrapante, y por si fuera poco el tecladista invitado Joao Nogueira le daría un cierre conmovedor a esta tremenda obra, la ovación fue instantánea. “The High Road” coreada a más no poder junto con “More Than I Could Chew” hacían del anochecer algo irreal, finalizando con el virtuosismo de “Mother Puncher”. Luego “Steambreather” y justamente cuando a esa altura nos “preguntamos quienes somos” llegaría la despedida de parte de Troy Sanders, dando las gracias por venir después de tantos años, por apoyar a Mastodon y anunciando la grabación de un disco para el próximo año. Y así finalizaron con el broche de oro “Blood and Thunder”, el caos no se hizo esperar y las flamas se consumían entre el cántico del público y los incesantes riff de uno de sus mayores clásicos. Bandera chilena en mano y se daba fin a un show impecable, del sonido nada que decir. Sumandome a las palabras de la banda, esperemos que no vuelva a pasar tanto tiempo para tenerlos otra vez en nuestro país.
GOJIRA, un barco con el viento a favor
Las previas de Gojira siempre tienen algo característico, una instrumental en medio de cantos de ballena, las ansias nos ganaban pero de igual forma con esa atmósfera ya nos sentíamos dentro del show, no fue sino una realidad hasta que Mario en medio de ovaciones fue el primero en salir para dar el batacazo inicial con “Ocean Planet” y el headbang fue inevitable, la inmersión a lo profundo del océano continuaba con “Back(fucking)bone” y el espectáculo tanto del escenario con las flamas y el fervor en cancha no dejaba a nadie indiferente, las pantallas proyectaban las tomas de los hermanos Duplantier idénticas a las de sus DVD en vivo, la experiencia era más real que nunca. La fiesta continuó con “Stranded” track de su (injustamente) cuestionado “Magma” y su obra maestra “Flying Whales” donde literalmente las ballenas volaban por encima del público, un acto totalmente acertado que generó la atmósfera ideal para un concierto de estos titanes europeos, todo resultaba épico hasta ahí pero la ejecución plasmada en “The Art of Dying” llevó las cosas a un nivel más alto aún, la energía que transmiten esos riffs coreados eran la muestra perfecta de cómo una canción puede llegar a conectar tanto con el público, y de conectar bien lo sabe el carismático Mario Duplantier, adueñándose del escenario para realizar un brutal solo de batería con la cooperación de los asistentes “¡Olé olé olé olé… Mario, Mario!”, el francés aprobó la energía en medio de aplausos con un cartel escrito en buen chileno “Puta que los quiero caleta”, y cómo no lo íbamos a querer nosotros a él, si debe tener el récord de lanzamiento de baquetas, repartiendo por doquier a lo largo del show, oro para ese hombre. Así calentaron los motores para tocar parte de su más reciente repertorio “Grind” y “Another World” y una postura clara al cuidado del planeta “especialmente por los especímenes presentes hoy aquí” en palabras de Joe. Sin respiro alguno, el tapping característico de “Oroborus” nos dejaba con la boca abierta seguido de “Stranded” y disculpen la insistencia pero no se entiende como “Magma” llegó a ser tan discutido, en vivo y con las flamas a todo dar, logran llegar al corazón la audiencia haciéndolos tracks imprescindibles, también incluyeron “The Cell” una muestra del desempeño que roza la perfección de parte de los galos. Joe nuevamente interactúa con el público afinando las voces para “The Chant” interpretada bajo una lluvia de papel picado, seguida de “L’enfant Sauvage” y la pesadísima “The Heaviest Matter of the Universe” desatando el caos absoluto. Los estridentes riffs finales corrieron a cargo de “Amazonia” y “The Gift of Guilt” dando una emotiva despedida, con Mario vistiendo una camiseta retro de La Roja abrazando a todo aquél que estuviera en las primera filas y es que en realidad nadie se quería ir. Pero la gran interrogante es si se haría costumbre una visita año a año, esperemos que sí, porque en esta parte del mundo ya tienen un público más que fiel.
No creo ser el único que siente que Noviembre sea nostálgico, osea, hasta ayer significaba el mes de Zalo Reyes y precisamente un 19 de este mes Black Sabbath, quienes comenzaron todo, tocaban por última vez en Chile, suena triste pero si ponemos más atención al presente de grupos como Mastodon, Gojira y por qué no nuestros Mawiza, nos damos cuenta que queda mucho más por delante, tienen mucho que entregar. El futuro es prometedor para estas 3 bandas de 3 continentes distintos y tal vez ese sentimiento de nostalgia se mitigue de a poco siempre que recordemos esa tarde en que se juntó la Niebla, el fuego y el Océano.
Sebastián Muñoz Cuevas
Fotos por Pedro Ateaga Ateaga
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