Crónicas
Metal Beer Open Air: cervezas bien frías y el Metal en llamas

Esta nueva entrega del Metal Beer Open Air fue brutal por decir algo poco: Atreyu, Dark Angel y Sodom en un escenario avasallador cargado con thrash metal de la vieja escuela y precedido por el metalcore core. Además de estos titanes musicales, pudimos deleitarnos con la participación de los nacionales Dezaztre Natural, Decessus y Sadism. Un domingo inolvidable para todos los espectadores de este festival que no dejo vaso lleno ni melena quita en la fortaleza metálica que se convirtió el Hipódromo Chile. Acompáñanos a revisar este demoledor evento.
Dezastre Natural es una banda que hace de la furia y el odio algo sonoro para que así nuestros mortales oídos lo disfruten al momento de estar frente a ellos. Agrupación que suena como un verdadero batallón del caos y sirvió para chasconear el puntapié inicial de esta nueva versión del Metal Beer Fest; meramente una probada de lo que se vendría para esta caótica y poderosa convención del metal. Capaces de atribuirse los primeros mosh del día, una insignia digna de portar, dicho sea de paso. Dezastre Natural es la cuota necesaria e infaltable de metal contestatario que siempre es bueno recordar por el mismo carácter contracultural de esta música que tanto queremos. A pesar del sol abrasador que recibía al público de este Metal Beer Fest, la gente no dudo en saltar y disfrutar con todo y al 100% de la furia de los frenéticos de Dezaztre Natural.
El segundo pilar de esta convocatoria fue erguido por Decessus, quienes, liderados por una voz femenina y un sonido brutal, azotaron con sus riffs e interludios más lentos al inagotable público que iba adhiriéndose a los alrededores del lugar. Breakdowns directo a la vena y una instrumentalización impecable, la fórmula idónea para formar una auténtica maquinaria brutal de sonido y melodías combinados. El cuarteto de Decessus es realmente poderoso en cuanto a su sonido y puesta en escena y de todo corazón les deseamos lo mejor en su evolución y carrera musical. Acreedores de un sonido más moderno, pero no por eso menos directo y deslumbrantemente violento. Son un torbellino de proporciones vertiginosas que empiezan su camino en la escena metalera chilena.
El bloque nacional cerró con los potentes Sadism, cargados del descontento y furia de su death metal, el cual se remonta a la década de los 90 (pero en estricto rigor la banda se consolidó en 1988) y nunca se ha quedado cortos de mecha para hacer dinamitar al público con sus ritmos ruidosos y potencia, ambos aspectos impulsados por un death metal directo y sin rodeos en lo absoluto. Sadism sirvió de director para orquestar un mosh que no paró durante todo lo que fue su presentación. Todo el público que asistió se mantuvo hiperactivo ante este energizante comando del Death metal chileno hecho y derecho.
Y así fuimos adentrándonos al bloque internacional de este Metal Beer Open Air, cuya apertura estuvo en las manos del metalcore californiano de Atreyu, quienes tuvieron la oportunidad de tocar por primera vez en territorio chileno. Se mostraron a gusto y ansiosos por compartir con el Hipódromo desde el principio, lo cual puede contrastar un poco si consideramos que una porción considerable de los asistentes no estaba familiarizada con su repertorio musical. Pero aquello estuvo lejos de ser un obstáculo para Atreyu; se echaron el público al bolsillo con chistes cortos y la picardía del chileno los recibió de forma tan amena que hasta el vocalista bajo al escenario a cantar en medio del mosh y no conforme con ello, subió a la galería para sacarse fotos con la comunidad metalera y todo esto en medio de una canción. El hecho de querer compartir con todos más allá del escenario, los convierte automáticamente en cracs en nuestra opinión y en nuestros corazones.
¡Llegamos al momento que todos esperábamos! Los platos principales y su thrash metal legendario ya empezaban a clavar sus primeras garras para afirmarse al risco de este abismo de metal, mosh, sudor, alegrías y ojo, cerveza.
Dark Angel llevó a cabo su cuarta presentación en Chile y, a estas alturas, todos coincidimos en que esta es definitivamente su segunda casa y somos amigos a los que pueden visitar cuantas veces se les antojen y que tengan copia de las llaves incluso. Unos riffs desbordantes que marcaron a toda una generación y sigue siendo de esa forma gracias a su thrash metal que ayudó a forjar los cimientos del género como un todo y tal cual como se le conoce a la fecha. Apoyando la moción que los mismos Dark Angel ostentan de ser los Padrinos del Thrash Metal. Esto no queda solamente en palabras, pudimos comprobarlo durante toda su performance, en la cual todos corearon, saltaron y moshearon a gusto como si no hubiera mañana aparentemente. Un sonido acelerado como ya es de costumbre, pero que siempre da gusto de celebrar. La oscuridad descendió sobre la faz de la tierra y su sonido frenético fue bautizado: Dark Angel.
Algunos gritaban "Sodom", mientras que otros, con la misma pasión, clamaban "Wodos". En varios rincones del lugar, valientes soldados de este batallón del thrash metal se unían en un coro de voces, pidiendo a gritos su canción favorita de los legendarios fundadores del thrash metal otomano. La atmósfera estaba cargada de energía y emoción, y las bengalas no se hicieron esperar; era un espectáculo visual que acompañaba la música, creando un ambiente electrizante. Todos nosotros, los fanáticos, pudimos celebrar y disfrutar de una noche inolvidable escuchando temazos como "Nuclear Winter", "Agent Orange", "Ausgebombt", y muchos más que resonaban en nuestros corazones y se veían reflejados en el circle pit.
Pero si de setlist se trata, hay que destacar un momento especial que quedará grabado en nuestra memoria: Sodom nos regaló "Fuck the Police" en el instante en que el Hipódromo lo pedía a gritos. Esa canción, que no habíamos tenido la oportunidad de escuchar desde el 2017, resonó con fuerza y nos transportó a un tiempo en el que la música era nuestra única bandera. La energía del público se intensificó, y todos nos unimos en un grito colectivo, celebrando no solo la música, sino también la conexión que nos une como fanáticos de este género tan poderoso. Fue una noche de pura adrenalina, donde cada acorde y cada letra nos recordaron por qué el thrash metal sigue siendo una fuerza indomable en el mundo de la música y sobretodo, en Chile.
Alan Gormaz Cartagena
Fotos por Pedro Ateaga

You must be logged in to post a comment Login