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Nergal a 10 años desde que le detectaron Leucemia
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Como ya todos recordamos, en agosto de 2010, Adam «Nergal» Darski tuvo una de las épocas más difíciles de su vida y es que la pasó hospitalizado debido a una Leucemia que ponía en riesgo su vida.
«Pronto serán 10 años desde que estuve enfermo. Leucemia fue un pasaje oscuro y fortuitamente lo tengo fuera de mi sistema. Sí, sí sí… ese soy yo en la foto en medio de la quimioterapia», escribió en Instagram el polaco.
Con trasplantes de médula ósea y tratamientos de quimioterapia, Nergal pudo vencer a la enfermedad que lo dejó postrado en la cama, además de dejarlo con dicho aspecto.
Hoy en día, el polaco está 100% recuperado y regresó ser el frontman de Behemoth, además de tener un proyecto paralelo que no tiene que ver con el metal llamada Me and that man.
Publicación de Nergal en sus redes sociales
Para la autobiografía de Nergal, «Confessions of a Heretic», el cantante reveló como vivió el momento en el que le detectaron la terrible enfermedad y todo lo que pasó hasta que finalmente pudo recuperarse.
«La tuberculosis fue la primera en la lista», escribe Nergal sobre un mensaje de los médicos entregado poco después de varias pruebas. «Dos o tres meses en el hospital, y luego podría irme a casa. Pensé que ese no era el peor escenario posible. Pero luego empeoró, porque los médicos dijeron que también podría ser linfangioma o VIH. Cuando vi estos últimos Tres letras me sentí débil. De repente, destellando ante mis ojos como un carrete de luces retorcidas, estaban todos los encuentros sexuales de los últimos años. Hubo bastantes, también, pero por lo que puedo recordar, siempre fui cuidadoso. No creo que haya tenido un encuentro sexual aleatorio sin protección. De todos modos, solo había un pensamiento en mi cabeza: «Sé cualquier cosa menos VIH».
Después de escuchar el diagnóstico de leucemia, Nergal se derrumbó. «Esperé hasta que se fue y luego me eché a llorar. Dorota [la ex prometida de Nergal] estaba conmigo, y ella también lloró. Duró un tiempo, tal vez dos o tres minutos. Hubo una enorme y abrumadora sensación de debilidad … El diagnóstico fue un gran golpe, pero el entumecimiento y la duda no duraron mucho. Sabía que tenía un desafío. Cuando atraviesas un bosque oscuro y sabes que hay algo escondido en la oscuridad, empiezas a entrar en pánico. Pero cuando ves tu enemigo en la luz, te concentras en la estrategia, en cómo lo enfrentarás. Me gusta pelear y jugar, así que traté mi enfermedad como un desafío, como una partida de ajedrez «.
