El sábado 27 de abril de 2025 quedará grabado como un hito en la memoria colectiva del rock progresivo en México. Seis mil almas abarrotaron el Velódromo Olímpico para presenciar algo más que un simple concierto: un tributo vivo, visceral y vibrante a una de las formaciones más vanguardistas de la historia del rock, la alineación ochentera de King Crimson. Bajo el nombre de BEAT, el cuarteto conformado por Adrian Belew, Tony Levin, Steve Vai y Danny Carey ofreció una reinterpretación poderosa de la trilogía “Discipline”, “Beat” y “Three of a Perfect Pair”, en una noche de absoluta comunión musical.
🎸 BEAT: De la Gira Norteamericana al Escenario Mexicano
Después de cinco años de planeación, ensayos y una gira por Estados Unidos, la formación decidió cerrar su ciclo con dos únicas fechas en México. Monterrey fue la antesala, pero la Ciudad de México vivió la consagración. Pocos minutos antes de las 21:00 horas, los músicos se presentaron uno por uno ante una multitud expectante. Desde el primer acorde de “Neurotica”, el viaje sonoro comenzó con una intensidad inquebrantable.
El repertorio inicial se centró en el álbum Beat de 1982, con interpretaciones llenas de vitalidad como “Neal and Jack and Me”, “Heartbeat” y “Sartori in Tangier”. La conexión entre los músicos fue inmediata, estableciendo una química escénica inusual que se mantuvo durante toda la velada.
🔥 Steve Vai: La Energía Desbordante que Rompió Esquemas
El rol de Robert Fripp fue reinterpretado con destreza por el legendario Steve Vai, quien optó por imprimir su propia firma en lugar de emular. Su presencia escénica –con una guitarra psicodélica, traje a lo “pachuco elegante” y rostro en constante expresión– añadió un elemento teatral que se mezcló con la complejidad técnica de las piezas. Durante su interpretación de “The Sheltering Sky”, Vai regaló un solo extenso que evocó influencias como Steve Hackett y Al Di Meola, demostrando por qué es considerado uno de los guitarristas más influyentes del planeta.
🥁 Danny Carey y Tony Levin: Virtuosismo en Estado Puro
Por su parte, Danny Carey, baterista de Tool, se mostró relajado, con camiseta y shorts, pero su interpretación fue cualquier cosa menos informal. Desde los primeros compases, demostró su capacidad para lidiar con las métricas irregulares, estructuras impredecibles y transiciones abruptas que caracterizan a King Crimson. En temas como “Waiting Man”, compartió percusiones con Belew, generando uno de los momentos más entrañables de la noche.
Tony Levin, como siempre, fue una fuerza silenciosa pero dominante. Vestido de negro con una chaqueta blanca —quizá en homenaje a sus años junto a Peter Gabriel— ejecutó líneas de bajo hipnóticas y rítmicas. Su actuación en “Sleepless”, con el uso de sus célebres “funk fingers”, fue un duelo sonoro frente al vendaval eléctrico de Vai. Ambos mostraron que aún tienen mucho que ofrecer al escenario mundial.
🎤 Adrian Belew: Voz, Memoria y Corazón
Belew, con su voz intacta tras cuatro décadas, fue el corazón emocional de BEAT. Su energía, movimientos expresivos y precisión vocal evocaron la era de oro del Crimson ochentero. Canciones como “Matte Kudasai” y “Elephant Talk”hicieron que el público coreara y aplaudiera con nostalgia y gratitud. Además, tuvo un gesto notable al rendir tributo a Robert Fripp y Bill Bruford, recordando su legado y agradeciendo la oportunidad de continuar esta música.
🛑 Una Noche de Reconexión, Memoria y Vanguardismo
La estructura del concierto —que alternó momentos contemplativos con ráfagas de complejidad matemática— estuvo pensada con detalle. Al igual que en Three of a Perfect Pair, el show se dividió en dos mitades diferenciadas pero complementarias. Cada sección cerraba con una pieza emblemática: primero “Red”, feroz y contundente, y después “Thela Hun Ginjeet”, con su narrativa urbana y paranoica, que desató la euforia general.
Durante la velada, algunos asistentes comentaban con sorpresa el parecido sonoro con Talking Heads. No es coincidencia: Belew colaboró estrechamente con David Byrne en el influyente álbum “Remain in Light”, y también fue director musical de la gira Sound+Vision de Bowie. Esa fusión de géneros, estilos y épocas quedó plasmada en una experiencia única e irrepetible.
🧭 BEAT en México: Más que un Concierto, un Acto de Resistencia Cultural
Lo vivido en el Velódromo fue más que un homenaje. Fue una reafirmación del poder de la música progresiva, un género que desafía tendencias y que, lejos de desaparecer, resurge con nuevas formas. BEAT no fue una banda tributo, sino una extensión viva del espíritu de King Crimson, adaptada al presente y enriquecida por sus integrantes.
Entre luces tenues, aplausos ensordecedores y una audiencia conmovida, quedó claro que el tiempo puede pasar, pero la música que desafía lo convencional jamás pierde vigencia.