Crónicas
Left to Die: el eterno legado de la Muerte
El anuncio hace algunos meses de la venida de este tributo tenía expectante a los metalheads amantes del material más garage y crudo compuesto por el gran Chuck Schuldiner durante los early days de Death. La calurosa tarde veraniega prometía un festín para los oídos y horas de Metal a la vena, nada más y nada menos que en nuestro pequeño gran recinto, el Teatro Cariola, una segunda casa para muchos metaleros santiaguinos.
Coffinbirth
Los nacionales salieron a escena para comenzar la jornada a la hora prometida, cuando aún había muy poca gente en el lugar. La banda con una apuesta acorde a la temática de la velada, calentó el ambiente mientras se seguía llenando el Cariola, y fue recibida con aplausos y los primeros mosh de la tarde.
Darkspell
El 2do acto de la noche comenzó cuando ya se sentía ese calor agobiante característico del recinto, y ya se contemplaba a más de la mitad de su capacidad. Darkspell, también de territorio nacional, nos brindó canciones con un toque más Thrash, y que armó unos intensos mosh para mover hasta al más tímido del público.
Execrator
Execrator es una banda legendaria dentro de la escena metalera chilena, y lo demostraron sin dudas durante su masacradora presentación, junto a un sonido bombástico y la seguridad en el escenario sin igual de Álvaro Lillo y cía. Un show demoledor que comandó al público durante 1 hora con riffs ultraviolentos y ritmos infernales, y que nos preparaba recién para el plato de fondo. El Metal nacional no defraudó esta noche, y no necesitó mucha parafernalia para lograrlo. ‘Si eh chileno, eh hüeno’, dicen.
Left to Die
La banda estelar emergió desde el backstage en medio de los estruendosos gritos de los fanáticos, que desde el 1er momento, no dejaron de gritar los nombres de los esenciales ex-Death, Rick Rozz, y Terry Butler, legendarios miembros también de la escena, que junto al capo Gus Ríos en la batería, y cómo no mencionar al también muy influyente Matt Harvey, nos hicieron presenciar lo que seguramente es lo más cercano que tenemos a un legal show de Death, a casi 25 años ya desde la muerte Chuck (obviando a D.T.A., por supuesto).
‘¿Cuál es diferencia entre un show de Left to Die y uno de D.T.A.?’ le pregunté a Matt Harvey en una entrevista hace algún tiempo. ‘¿Qué crees que es lo que los diferencia, aparte de la obvia diferencia entre sus setlists?’, a lo que Matt respondió que era un tributo a la era más cruda, al hueso, e influencial que tuvieron las composiciones de Chuck, y que era un show para los amantes del Death Metal más old school habido y por haber. Sin duda, esto se cumple, con la banda repasando cortes esenciales de Scream Bloody Gore y Leprosy, los dos primeros álbumes de Death y piedras angulares del género. Con un sonido impecable, poderoso, ensordecedor, y un Matt Harvey que en más de algún momento sonó hiper-cercano a la voz de Chuck, Left to Die nos deleitó con una presentación y sinergia excelentes, ¡hasta bengala hubo en medio del público y del moshpit! La banda se dejó querer, y una vez más el público chileno demostró ser de los más ruidosos y de los que más sorprendidos deja a la gente que se presenta sobre el escenario; nada que envidiarle a los shows más masivos de bandas con ‘más renombre’.
Desde donde sea que esté Schuldiner observándonos, está orgulloso de que su música y legado sigan siendo representados de manera respetuosa y que sigamos celebrando sus geniales y atemporales clásicos del Metal. Larga vida a Chuck Schuldiner.
Vladimir González Aravena
Fotos por Rubén Gárate
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