Reseña: Ministry – «Hopiumforthemasses» (2024)

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Cuando pienso en metal industrial, hay tres nombres que se me vienen a la mente al instante: Rammstein, Nine Inch Nails y Ministry. No porque necesariamente sean las mejores (eso dependerá de la opinión de cada uno), pero hay que reconocer que son las más populares para ejemplificar el subgénero. A diferencia de las otras dos, Ministry posee una singular historia de exploración musical. Hay que recordar que la banda oriunda de Chicago partió en 1983 tocando synth pop y desde ahí se involucró en incontables estilos hasta llegar a lo que es hoy. En ese sentido, no tuvo miedo y me agrada que las bandas salgan del molde de vez en cuando e incursionen. Su punto de máxima popularidad estuvo entre finales de los ochenta y principios de los noventa, pues sus álbumes de ese período lograron ventas millonarias y buenas críticas. Años han pasado de la última vez que oí un disco de la banda en el año de su publicación, parece que fue Animositisomina, ya ni me acuerdo. Cuando leí que publicaron un nuevo disco, me dije, bueno, veré si la exploración aún está latente. Pues bien, veamos que hizo Al Jourgensen y compañía este 2024 con Hopiumforthemasses.

El álbum inicia con la medio tiempo «B.D.E.» (siglas para big dick energy) que líricamente va directo a la pelea con la crítica sociopolítica. «Goddamn White Trash» le pisa la sombra por la misma vereda, pero, a pesar de que su riff es disfrutable, es excesivamente larga. Dura casi cinco minutos, pero se siente eterna. «Just Stop Oil» tiene un ambiente texano de por medio (evidente en el solo de guitarra) y también cierto grado de vieja escuela. Por su parte, «Aryan Embarrasment» posee un inicio propenso a un doom metal, pero no olvidemos que estamos en el campo del industrial; me perdí con la cantidad de veces que dice nazis. Aunque «TV Song 1/6 Edition» acelera el ritmo, el patrón de la batería es el mismo y la canción, al igual que perro persiguiendo su cola, se da vueltas en si misma sin rumbo alguno.

Por fin en «New Religion» puede oírse una percusión diferente, sin embargo es lo único llamativo. «It’s Not Pretty» tiene una parte ¿acústica? (una locura lo que digo pero dentro de los estándares industriales desconozco como se denomina ese ambiente tranquilo) y otra sintetizada; a ratos es propia de su primera etapa con el synth pop. Algo parecido ocurre con «Cult of Suffering», otro recuerdo a su época ochentera con una vibra de pop/funk en el medio. El álbum cierra con la versión de «Ricky’s Hand» del británico Fad Gadget. Puede desentonar con el resto de composiciones por ser obra de otra persona, pero es un buen tributo después de todo.

Hopiumforthemasses es un álbum que te recuerda que Ministry es y ha sido históricamente una banda multifacética. Hay momentos que te traslada a su etapa ochentera y otros a su época moderna. A ratos tiende a irse por la música industrial mas que por el metal propiamente tal, por lo que a los metaleros que se atrevan a escucharlo no lo entenderán del todo. Su segunda parte, desde «New Religion», me agradó más que la primera, pero hay que reconocer que tampoco es la gran cosa. El principal problema es la excesiva duración de las canciones, porque hace que el álbum no sea digerible al instante, debido a la repetición de ritmos y letras. Con menos minutos por tema tal vez hubiese ayudado un poco. No obstante, la música industrial se caracteriza por la repetición del patrón rítmico y si lo ves de ese punto de concepto, cumple con el objetivo. En términos generales, Hopiumforthemasses es regular, con momentos planos, regulares y repetitivos que hostigan al oyente casual. Aunque presenta riffs que hacen amena su escucha, diría que es masticable más no tragable.