CD Review
Reseña: Scorpions – «Pure Instinct» (1996)

La década de los noventa fue un período oscuro para cualquier banda de hard rock y heavy metal que provenían desde los setenta, aún más lo fue para aquellas que nacieron en los ochenta. La era dorada del metal, en cuanto a popularidad y éxito comercial, perdió la fuerza ante los sonidos alternativos, sobre todo en la segunda parte de los noventa. Muchas agrupaciones se separaron, asimilaron la nueva corriente o bien se mantuvieron fieles al metal, aún cuando la industria ya no los consideraba como un producto comercial. Los alemanes Scorpions, al saber que los mercados europeos y norteamericanos estaban enfocados en otra parte, aprovecharon de experimentar con unos de los pilares firmes de su estilo: las baladas. Sin el baterista Herman Rarebell, quien escribió las letras de algunas de canciones más famosas de los ochenta, la banda se enfocó en los mercados surasiáticos y latinoamericanos, en donde sus power ballads aún sonaban con fuerza. En 1996, aprovechando este cambio estructural en la industria del rock, Scorpions optó por dejar de lado su faceta metalera para ofrecernos el delicado Pure Instinct.

Fotos de Scorpions – «Pure Instinct»
Con una breve introducción de gaitas, «Wild Child» abre el disco con un rock pesado pasable, pero a medida que avanza la cosa se transforma en un pop rock radial, buena sí, pero nada del otro mundo. A partir de entonces, este instinto puro se siente como un álbum de pop rock y en ocasiones de soft rock, mas que de hard rock. «But the Best for You» es un claro de ello, una canción que suena más como a Maná, pero con esteroides. Las demás son baladas noventeras en donde el escorpión alemán deja atrás todo rastro del heavy metal, prefiriendo teclados y .guitarras acústicas por sobre los clásicos power chords. En determinadas oportunidades hay aires de los sesenta (la introducción de «Oh Girl (I Wanna Be With You)» suena un tanto a The Beatles) y de los setenta (partes de «Time Will Call Your Name» me recuerdan a Led Zeppelin). «Stone in My Shoe» es tal vez un recuerdo a ese rock pesado de antaño, pero al igual que la inicial, pasa sin pena ni gloria.
El disco está plagado de temas que tratan sobre el amor o desamor, pero hay tres que, a mi gusto, merecen un poco más de atención. «Soul Behind the Face» la destaco por su preciosa letra: un mensaje de antidiscriminación y de respeto que nos llama a valorar a las personas independiente de sus defectos. Otra de mis preferidas es «When You Came Into My Life», a la que siempre he considerado como la mejor canción del álbum y todo se debe a la emocional y desgarradora voz de Klaus Meine. Por último, a «Where the River Flows» la resalto por su agradable música; parece una canción para ser tocada en una fogata. El gran éxito, si es que se puede considerar como tal, de Pure Instinct fue «You and I», una canción que debo ser honesto, nunca me gustó, tal vez a los fieles fanáticos de los escorpiones como yo, me considerarán un blasfemo, pero para reseñar hay que dejar de lado todo fanatismo.

Scorpions – «Pure Instinct»
Siempre he pensado que cuando Scorpions omite uno o más de sus cimientos sonoros (hard rock, heavy metal y power ballad), su característico estilo pierde estabilidad. Si bien la casa sonora no se cae, si se inclina, debido a su enfoque excesivo por las power ballads, que de hecho, no son tremendas. Son agradables auditivamente y algunas merecen más atención como señalé anteriormente, pero para nada son esenciales, es decir, ninguna de ellas llega al nivel de sus clásicas baladas, a lo mejor solo «When You Came Into My Life». Pure Instinct es una obra que difiere bastante de lo que nos tenía acostumbrados los alemanes hasta Face the Heat de 1993, un álbum que podría haber sido elaborado por cualquier agrupación de soft rock y hubiera resultado. Pero para ser un álbum de Scorpions, deja mucho que desear.

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