Roger Waters explica su desprecio hacia los Sex Pistols: «Era tan forzado»

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Cuando el punk nació a mediados de los años 70, su único objetivo era ser «contra todo lo establecido». Era una nueva cultura que giraba en torno a la rebeldía y, por lo tanto, dependía de reunir a jóvenes desplazados en torno al odio por un enemigo común. Y los blancos elegidos fueron sus predecesores, la generación del baby boom representada por la caricatura que en ese momento se había convertido en la cultura hippie y los excesos del rock progresivo.

No fue casualidad que en 1977 los Sex Pistols viralizaran camisetas en Inglaterra con la frase «Odio a Pink Floyd». Solo once años separan el nacimiento de Syd Barrett y Sid Vicious, pero parecía como si cada banda viniera de multiversos diferentes. Era un puro conflicto generacional, como confirmó Roger Waters en una sesión de preguntas y respuestas con Rolling Stone en 2002.

«Ah, es solo una cuestión generacional. Los Sex Pistols solo estaban tratando de hacer ruido… aquello era tan visiblemente forzado. Sabes, eran administrados por un tipo [Malcolm McLaren] que tenía una tienda que vendía ropa estúpida. Luego uno de ellos murió [Sid Vicious en 1979], así que quedó como esa cosa icónica que sigue viva. Cuando alguien muere, siempre es algo bueno, excepto para quien murió, sus padres y su novia Nancy Spungen… pero para todos los demás, es una maravilla».

Actualmente, Roger Waters está pasando por uno de los momentos más turbulentos de su carrera en solitario. Él, que está acostumbrado a involucrarse en peleas de proporciones homéricas, ahora está enfrentando al gobierno de Alemania. Debido a las acusaciones de antisemitismo, el bajista está enfrentando una gran resistencia para llevar a cabo sus conciertos en el país. Ya ha declarado que continuará con la producción de los shows programados, a pesar del veto.

Roger Waters: la leyenda del rock que sigue en pie

El nombre de Roger Waters es sinónimo de Pink Floyd, una de las bandas de rock más icónicas de todos los tiempos. Desde su formación en 1965 hasta su separación en 1995, Waters fue una pieza fundamental en la creación de la música que definió una generación. Aunque su salida de la banda fue polémica, Waters ha continuado su carrera musical en solitario con éxito, convirtiéndose en una leyenda viva del rock.

Nacido en Surrey, Inglaterra, en 1943, Waters comenzó a tocar la guitarra y el bajo en su adolescencia. En 1965, se unió a la banda que se convertiría en Pink Floyd, en la que se desempeñó como bajista y vocalista principal. Junto con el guitarrista David Gilmour, Waters coescribió algunas de las canciones más emblemáticas de la banda, incluyendo «Another Brick in the Wall» y «Comfortably Numb».

Sin embargo, la tensión en la banda comenzó a aumentar a finales de los años setenta, y en 1985, Waters anunció su salida de Pink Floyd. Desde entonces, ha seguido adelante con una exitosa carrera en solitario, lanzando varios álbumes y realizando giras en todo el mundo.

A pesar de su salida de Pink Floyd, la música de Waters sigue siendo muy influyente. Sus letras políticas y sociales han inspirado a varias generaciones de músicos y fans de todo el mundo. En sus álbumes en solitario, Waters ha explorado temas como la guerra, la injusticia y la alienación, y ha utilizado su música para hacer campaña por causas como la libertad de expresión y los derechos humanos.

Pero Waters no es solo un músico comprometido; también es un innovador en la tecnología de los conciertos. En su gira de 2010, «The Wall Live», Waters utilizó una enorme pared inflable como parte de la puesta en escena, creando un espectáculo visual impresionante que combinaba la música con la tecnología de vanguardia.

A pesar de sus logros y su fama, Waters sigue siendo un artista comprometido con sus valores y principios. A lo largo de los años, ha sido un defensor de causas como el medio ambiente, los derechos de los animales y la justicia social. En un momento en que muchos músicos se mantienen al margen de la política y las cuestiones sociales, Waters es un ejemplo de cómo la música puede utilizarse como una herramienta para el cambio.