Sacramentum en Chile: un ruidoso abismo de poder

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Todavía no hemos llegado a la mitad de este 2025 y la escena del black metal ya tiene preparada una cartelera bastante tentadora y variada para los escuchas del metal extremo y/u oscuro. A medida que el año avanza, se confirma que el universo del black metal continúa evolucionando y dejando una huella imborrable en cada uno de los rincones donde se presenta. Una muestra palpable de esta premisa fue el show de ayer, 16 de marzo, en Bar Óxido, uno de los locales más emblemáticos para el metal en Santiago de Chile. Este evento fue cortesía de los suecos de Sacramentum, quienes nos hicieron alucinar con su black metal melódico, el cual solo podríamos catalogar como una auténtica cátedra del género luciferino.

La banda, conocida por su habilidad para conjugar melodías oscuras y destructivas con la furia característica del black metal, se presentó con una intensidad y una atmósfera arrolladora que dejó a los asistentes sumidos en un trance de oscuridad y desesperación. Desde los primeros acordes hasta el último suspiro del show, Sacramentum desplegó una verdadera tormenta sonora que recordó por qué siguen siendo un pilar fundamental de la escena europea de black metal. Su habilidad para crear paisajes sonoros que evocan tanto el frío y la soledad de las tierras nórdicas, como la furia inclemente de los demonios que habitan en su música, fue simplemente inigualable.

Sacramentum no solo ejecutó sus temas más icónicos, sino que también nos ofreció una selección de su discografía más reciente, permitiendo que los fanáticos pudieran sumergirse en la evolución del sonido de la banda. Las atmósferas melódicas fueron un contraste perfecto con la agresividad desmedida de los riffs, creando un delicado equilibrio entre belleza y caos. Cada miembro de la banda parecía estar en perfecta sintonía con los demás, creando una sinfonía oscura en la que cada instrumento aportaba un matiz único a la experiencia general.

En esta ocasión, el show no estuvo solo a cargo de los suecos. Los devastadores Sacramentum compartieron escenario con la banda chilena Abisma, provenientes de Puerto Montt, quienes no dejaron indiferente a nadie. Abisma comenzó a sonar como una patada a la cabeza desde el primerísimo momento gracias a su sonido crudo y visceral que oscilaba entre la agresividad característica del black metal y la pesadez de un género más primigenio como lo es el doom. Su propuesta musical fue tan imponente como su presencia escénica, que captó la atención del público desde el primer acorde.

Abisma trajo una propuesta escénica bastante interesante, con el uso de un podio colocado justo enfrente del vocalista. Este detalle escénico no solo brindó una dimensión visual única, sino que también ayudó a acentuar la atmósfera ritualista de su presentación. La banda logró transportar a la audiencia a un lugar oscuro y primordial, donde el sonido pesado y aplastante se combinaba con momentos de tensión y desesperación. Con cada acorde, parecía que nos adentrábamos más en un abismo insondable, lleno de oscuridad y poder. La interacción de los músicos con el público se sintió como una especie de conjuro, donde cada mirada y cada grito parecían sumergir a todos en una comunión con lo sombrío.

Los coterráneos de Abisma demostraron con creces que en Chile se encuentra un averno profundo que no conoce fondo, pero de seguro cuenta con un black metal de la más alta calidad. Su actuación dejó claro que la escena chilena no solo es vibrante y variada, sino también capaz de competir con las mejores bandas de la escena internacional. La mezcla de riffs densos y la atmósfera opresiva que crearon dejó claro que la pasión y el amor por el metal extremo en Chile no conoce barreras, ni fronteras.

El evento en Bar Óxido fue una verdadera manifestación del poder del black metal, un género que, a pesar de su naturaleza a menudo elitista y aislada, tiene la capacidad de unir a los fans en una experiencia trascendental y colectiva. Fue una noche donde el sonido se convirtió en una experiencia física, donde la vibración de las guitarras y el retumbar de los tambores parecían invadir cada rincón del lugar. Un testimonio más de que, en este 2025, el black metal sigue siendo una fuerza imparable que sigue ganando terreno, no solo en Europa, sino también en las tierras oscuras del sur de América Latina.

Alan Gormaz Cartagena

Fotos por Sergio Mella