Reseña: Deicide – "Serpents of the Light" (1997)

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En el vasto y oscuro universo del death metal, pocos nombres resuenan tan ominosamente como el de Deicide. Con su álbum "Serpents of the Light", lanzado en 1997, esta banda estadounidense dejó una huella indeleble en la escena del metal extremo. Este álbum es una joya que merece ser explorada en detalle, una obra maestra del género que ha dejado a los fanáticos con la boca abierta durante décadas. En esta reseña, nos sumergiremos en las profundidades de "Serpents of the Light", explorando sus canciones y desentrañando la magia siniestra que lo convierte en una obra esencial en el repertorio de Deicide.

I. Un Viaje a lo Profundo de la Oscuridad: Introducción a "Serpents of the Light"

Desde el primer acorde de la canción homónima "Serpents of the Light", uno se sumerge en un abismo de riffs infernales y ritmos atronadores. La voz inconfundible de Glen Benton, con su tono gutural y poseída por el diablo, es el sello distintivo de la banda. Esta canción de apertura establece el tono perfecto para el viaje que está a punto de emprender el oyente. El título mismo sugiere un enfrentamiento entre las fuerzas del bien y el mal, una batalla épica que se desarrolla a lo largo del álbum.

II. Devoción Blasfema: "Bastard of Christ"

"Bastard of Christ" es un himno blasfemo que pone de manifiesto la destreza musical de Deicide. Los riffs de guitarra de los hermanos Hoffman son cortantes como cuchillas y el ritmo implacable del baterista Steve Asheim golpea como un látigo. La lírica llena de irreverencia y desafío hacia la religión es un recordatorio de que Deicide siempre ha abrazado su identidad como una banda de metal extremo.

III. El Lamento de las Almas Perdidas: "Blame It on God"

"Blame It on God" es una pista que muestra la profundidad emocional de Deicide. Aunque la banda a menudo se asocia con la brutalidad y la ferocidad, aquí exploran temas más sombríos. La voz de Benton se torna más melódica, expresando un lamento profundo y oscuro mientras critica la hipocresía religiosa. Los arpegios de guitarra en esta pista agregan un toque melancólico que contrasta con la brutalidad de las pistas anteriores.

IV. Furia Desatada: "This Is Hell We’re In"

La cuarta pista, "This Is Hell We’re In", es un torrente de furia incontenible. Los riffs son rápidos y frenéticos, el doble bombo retumba como un trueno y la voz de Benton se convierte en un rugido demoníaco. Esta canción es un recordatorio de que Deicide es una fuerza inigualable en el mundo del death metal, capaz de desatar una tormenta de caos y destrucción en cuestión de minutos.

V. El Hombre, El Mito, La Leyenda: Glen Benton

No se puede hablar de "Serpents of the Light" sin mencionar a Glen Benton, el carismático y controvertido líder de Deicide. Su presencia en el escenario y su dedicación al satanismo han sido temas de debate durante años. Su contribución vocal en este álbum es simplemente fenomenal. Desde los guturales más profundos hasta los alaridos más agudos, Benton demuestra su versatilidad como vocalista en cada canción.

VI. La Agonía de la Humanidad: "Day of Darkness"

"Day of Darkness" es una pista instrumental que sirve como un breve interludio en el álbum. Aunque carece de las voces de Benton, esta pieza transmite una sensación de agonía y desesperación a través de sus arreglos de guitarra oscuros y atmosféricos. Sirve como una pausa antes del último asalto de brutalidad en el álbum.

VII. La Confrontación Final: "Dead but Dreaming"

La canción "Dead but Dreaming" retoma la ferocidad del álbum. Los riffs son afilados como cuchillos y el ritmo es implacable. Las letras sugieren una batalla épica entre fuerzas sobrenaturales y humanas. La habilidad de Deicide para crear una atmósfera opresiva y siniestra es evidente en esta pista, y es un ejemplo perfecto de su maestría en la creación de música extrema y poderosa.

VIII. El Epílogo Siniestro: "Trifixion"

"Trifixion" cierra el álbum con un estruendo ensordecedor. Es una canción que resume todo lo que hace que Deicide sea una banda legendaria en el mundo del death metal. Los riffs son despiadados, la batería es demoledora y la voz de Benton es aterradora. La canción habla de la crucifixión desde una perspectiva blasfema, desafiante y provocadora, dejando una impresión duradera en el oyente.

Conclusión:

En "Serpents of the Light", Deicide entregó un álbum que sigue siendo una piedra angular del death metal. Desde sus letras blasfemas hasta sus riffs asesinos, este álbum es un testimonio de la maestría musical y lírica de la banda. A lo largo de sus ocho pistas, Deicide lleva al oyente a un viaje a lo más profundo de la oscuridad, desafiando convenciones y tabúes en el camino. "Serpents of the Light" es una experiencia auditiva intensa y apasionante que no se debe pasar por alto.