Reseña: Scorpions – «Savage Amusement» (1988)

Para 1986 Scorpions esperaba publicar el sucesor del exitoso Love at First Sting (1984), pero la relación laboral entre la banda y el productor Dieter Dierks, estaba pasando por un quiebre que al final atrasó todos los planes. Los dimes y diretes entre ambas partes se debían a la dirección sonora de esta nueva producción. La cosa es que la repercusión mediática del glam metal en los Estados Unidos estaba a un nivel nunca antes visto. Agrupaciones como Mötley Crüe, Bon Jovi o Def Leppard tenían una popularidad increíble y los sellos discográficos querían replicar eso mismo en las bandas con más trayectoria. Es por eso que la fiebre glam le dio a casi todas las agrupaciones históricas del hard rock y el heavy metal en la segunda parte de los ochenta, pero al final no a todos les fue bien. Scorpions sabía que lo que tenía que hacer ahora era replicar esa visión comercial de Love at First Sting, pero las letras suaves estaban a la orden del día. Todo este ambiente se reflejó en su último disco de los ochenta: Savage Amusement.

«Don’t Stop at the Top» es una canción que no parece reflejar el sonido glam a su cabalidad, porque aún queda algo de ese aura de los primeros años de los ochenta. Con una letra sobre perseguir los sueños incluso después de haberlos realizado, la banda muestra un hard rock interesante. «Rhythm of Love» es la primera canción que se me viene a la mente cuando pienso en Savage Amusement. Posee un concepto de mitad balada y mitad heavy rock similar a «No One Like You», pero obviamente su sonido es más suave. La guitarra líder de Matthias Jabs y la voz de Klaus Meine tienen un tono sexy, mientras que el patrón rítmico de la batería de Herman Rarebell te queda en la mente por un par de minutos. Por su parte, el estribillo es adictivo. La mejor canción del disco definitivamente. «Passion  Rules the Game» es glam metal mirada por todos lados, diría que es una de las favoritas de los fanáticos, al menos así se vio cuando la versionaron en su MTV Unplugged. Por su parte, «Media Overkill» posee un riff a base de talk box que agrada, al igual que su estribillo, pero en su conjunto son de esas canciones que están por estar nomás.

Portada de Scorpions – «Savage Amusement» (1988)

«Walking on the Edge» es genial, son de esas que deben escucharse con la luz apagada o, por lo menos, con los ojos cerrados, por su ambiente somnífero placentero. Muy buena. Por otro lado, «We Let It Rock…You Let It Roll» es todo lo contrario, una invitación a roquear con ganas, con una letra escrita especialmente para los conciertos en vivo.
«Every Minute Every Day» tiene algunos detalles muy buenos, con una melodía destinada para las radios; otra buena canción. Por su parte, «Love on the Run» pretende imitar la agresividad de «The Same Thrill» de Love at First Sting o a «Dynamite» de Blackout, pero no logra conectarse con la atmósfera calmada y desentona completamente con el aire glam radial del álbum. «Believe in Love» es un himno al amor con todos los elementos sonoros alineados a la perfección para lograrlo. La letra y los versos hacen de ella una power ballad insignia, mientras que el estribillo hace que den ganas de abrazar al ser querido. Emotividad a full.

Savage Amusement es un disco que no sigue la misma corriente metalera que venía trayendo Scorpions desde Lovedrive. Un álbum con aire de glam metal y enfocado para las radios, en especial a esos programas de tarde noche de adult oriented rock. Si ese era el objetivo, está bien logrado, porque sus letras, el ritmo y el ambiente de la mayoría de las canciones hacen que el mensaje de amor se entregue con firmeza. En sus más de treinta minutos de duración, Scorpions nos da melodías suaves, calmadas y populares, como siguiendo la ruta de Hysteria de Def Leppard, pero más melódico. Viéndolo desde la perspectiva actual, Savage Amusement decepciona después de cuatro años de silencio desde Love at First Sting.  En resumen, un álbum que no pasa del «que buen álbum».

Portada de Scorpions – «Savage Amusement» (1988)